La lectura requiere la decodificación rápida y la comprensión de palabras escritas. Con el fin de conseguirlo, los niños deben ser conscientes de que las palabras habladas están compuestas de pequeñas unidades de sonido llamadas "fonemas". Esto se conoce como CONCIENCIA FONOLÓGICA. Con el desarrollo de la conciencia fonológica, maduran las habilidades fonéticas, que se encargan de vincular los sonidos a su representación escrita.
Cuando escuchamos una palabra (tomemos como ejemplo, "pierna") no nos damos cuenta de cada unidad de sonido de la palabra (/ p / / i / / e / / r / / n / / a /); percibimos “pierna” como un paquete de superposición de sonidos que parece ser una sóla unidad, en lugar de cinco sonidos diferentes. Esto facilita el proceso de escucha y de comunicación oral, dado que los sonidos individuales (fonemas) dentro de las palabras no son conscientemente escuchados por el oyente. Por eso, las primeras etapas de enseñanza de la lectura deben centrarse en la toma de conciencia de fonemas y habilidades fonéticas.
Para leer un idioma alfabético como el inglés o el español, los niños deben saber que el deletreo escrito, sistemáticamente, representa un sonido hablado. Cuando los lectores no perciben correctamente cada sonido de la palabra, tendrán dificultades para sondear o decodificar palabras desconocidas. Este problema de percepción auditiva afecta a la fluidez de la lectura, dando lugar a una comprensión pobre y el rechazo de la lectura, dado que no es una tarea con la que disfruten.
COMPRENDIENDO EL DESARROLLO DE LA LECTURA , ES MÁS FÁCIL VER CÓMO EL MÉTODO BÉRARD PUEDE AFECTAR A ESTA HABILIDAD, PORQUE PROCURA MEJORAR LAS HABILIDADES AUDITIVAS Y LA CAPACIDAD DE PERCIBIR LOS SONIDOS CON MAYOR PRECISIÓN. ESTO AYUDA A QUE SE PERCIBAN MEJOR LOS SONIDOS DE LAS PALABRAS, LO QUE PUEDE DESARROLLAR LA CONCIENCIA FONOLÓGICA Y SE PUEDA TRABAJAR LA FONÉTICA. ASÍ , LA PERCEPCIÓN AUDITIVA , COMO HABILIDAD BÁSICA IMPLICADA EN LA LECTURA , PUEDE SER MEJORADA A TRAVÉS DEL ENTRENAMIENTO AUDITIVO CON ESTE MÉTODO.
Otra característica de la lectura es la SECUENCIACIÓN. Se debe desarrollar dicha habilidad para poder leer palabras nuevas que necesiten ser descodificadas. Cada palabra, es una secuenciación de sonidos; cada frase es una secuenciación de palabras; y cada texto o párrafo es una secuenciación de frases. La fluidez es un requisito para alcanzar el contenido de la lectura. Si dicho contenido, debe ser analizado, el lector debe conservar esa secuencia, para que tenga lógica.
Dado que los lectores tienen un límite en su capacidad de atención y memoria, es esencial desarrollar la fluidez y la automatización en la decodificación y el reconocimiento de palabras. Cuando la decodificación es laboriosa e ineficiente, el lector no puede recordar lo que ha leído y dar significado a los contenidos. Para una buena comprensión, el lector debe vincular las ideas por escrito a sus propias experiencias y tener el vocabulario necesario para dar sentido a los contenidos. Buenas habilidades sintácticas y gramaticales y la capacidad de secuencia también influyen en el desarrollo de la lectura.
SI EL MÉTODO BÉRARD AUMENTA LA CAPACIDAD PARA ORGANIZAR Y SECUENCIAR EL LENGUAJE ORAL, TAMBIÉN PUEDE AYUDAR A ESTE COMPONENTE DEL PROCESO LECTOR.
MUCHOS PADRES COMENTAN CÓMO EL MÉTODO BÉRARD MEJORA LA COMPRENSIÓN AUDITIVA DE SU HIJO Y CÓMO ENTIENDEN MEJOR EL LENGUAJE HABLADO. ESTA MEJORA EN LA COMPRENSIÓN AUDITIVA , TAMBIÉN PUEDE EXTENDERSE A LA CAPACIDAD DE ESCUCHAR EL PROPIO LENGUAJE INTERIOR O LOS PENSAMIENTOS PROPIOS, INCLUIDOS LOS PENSAMIENTOS PERCIBIDOS A TRAVÉS DE LA LECTURA.
Llegados a este punto, ya sabemos que la lectura depende de una buena percepción auditiva, que no todos los niños poseen, especialmente aquellos con problemas en el lenguaje escrito. La habilidad para intensificar la representación de elementos repetitivos es crucial para la percepción del discurso en medio del ruido. Esta capacidad es la que permite etiquetar el tono de voz, un importante punto de partida para separar los flujos de sonido del ruido de fondo.
El oído de los malos lectores suele carecer de la capacidad de separar el ruido del sonido, es decir, de filtrar la información relevante del ruido de fondo. Imaginando una clase repleta de diversos sonidos, es fácil ponerse en el lugar de estos niños y pensar en las dificultades añadidas para seguir la voz del maestro.